sábado, 1 de enero de 2011

El coche volador Transition: ¿Ruedas o vuelas?

¿Y si te respondo que las dos cosas? ¿Del garaje al cielo? Aunque hoy parezca un sueño, en breve será una realidad para los afortunados que puedan comprarse un Transition, una aeronave muy terrestre que se podrá adquirir por unos 160.000 euros.  Este sueño, que será una realidad comprable en 2011 aunque ya se admiten reservas. ¡Tú eliges!
 
Escoge un superpoder! ¿Ser invisible, para colarte en cualquier sitio? ¿La fuerza infinita, con la que destruir sin problemas a tus enemigos? ¿Volar? ¡No, no hace falta que lo pidas como superpoder! En breve llegará Transition, el primer coche volador. Aunque si no dispones de los 200.000 dólares (unos 158.000 euros) que aproximadamente costará, lo mismo sí que deberías incluirlo en tu lista de capacidades extraordinarias que tendrías que solicitar… 
 
El término “coche volador” no es del todo exacto si se aplica al Transition. En realidad, se trata de una aeronave ligera que puede rodar por carretera gracias a su plegado de alas. Antes de despegar, el piloto sólo tiene que accionar el sistema que las extiende. En ese momento, la fuerza del motor se dirige a las hélices a través de un árbol de fibra de carbono. Al aterrizar, se presiona el botón que recoge las alas (algo que realiza en menos de 30 segundos). El par del propulsor se redirige a las ruedas por una transmisión continua funcionando. 
 
Licencia para volar
Se necesita la licencia de piloto para llevar el Transition por el aire, y el carné de conducir para circular con él por carretera. Terrafugia (la empresa estadounidense responsable de esta aeronave) ofrece la posibilidad de obtener el permiso para pilotar a quienes no la tengan. Además, la compañía dará un curso para familiarizarse con este vehículo a todos los comprados.
 
El Transition no puede echar a volar donde al conductor le dé la gana; precisa despegar y aterrizar desde un aeropuerto. Entonces, ¿para qué sirve una aeronave que rueda por carretera? 
 
La principal ventaja del aparato es su versatilidad; si, por ejemplo, en mitad de un vuelo se desata una tormenta, el piloto podrá aterrizar y continuar su viaje por asfalto. Por otro lado, supone un ahorro de medios; no hay que alquilar un hangar para dejar en él el aeroplano, y se puede ir conduciendo hasta casa y aparcarlo en el garaje.
 
Este sueño, que será una realidad comprable en 2011, comenzó a gestarse en el año 2007, aunque no fue hasta 2009 cuando se acometieron con éxito las primeras pruebas de vuelo del prototipo. Superadas, los ingenieros de Terrafugia han optimizado el diseño de la aeronave gracias a un programa de modelado. 
 
Entre otros cambios, han logrado bajar el punto de gravedad (con lo que se mejora la estabilidad en carretera), han incorporado nuevos sistemas de seguridad (airbag, un paracaídas para la propia nave que frenaría su caída)… Su interior también ha mejorado y cuenta con pantallas táctiles y GPS.
 
Terrafugia ya admite reservas (se han efectuado unas 80). Para ello, tan sólo has de dar 10.000 dólares (unos 7.875 euros) como señal. El precio final, que aún está siendo calculado, oscilará entre los 200.000 y los 250.000 dólares. Si no baja, el sueño de volar seguirá estando sólo al alcance de unos pocos.
  
Sus antecesores
Cuenta la mitología griega que Ícaro voló gracias a unas alas que con hilo, plumas y cera le había construido su padre para escapar de Creta. Pero llegó demasiado alto, el calor del sol deshizo la cera y acabó estampado contra el suelo. El sueño de volar siempre ha acompañado al ser humano, y como la naturaleza no le ha dotado de esa capacidad, ha tratado de materializar su sueño a través de aviones y naves espaciales que le permitiesen alzarse sobre las nubes. Y no sólo en la ciencia ficción. Valgan como muestra dos ‘botones’: el Aerocar (también conocido como Taylor Aerocar) fue diseñado en 1949 por Moulton Taylor en Washington (EEUU). Este prototipo basaba su versatilidad tierra-aire en el mismo principio que el Transition: plegaba sus alas (esta vez, en la parte trasera del vehículo) y a volar. Se llegaron a su destino. 
 
Otro ejemplo es el concepto (aún en desarrollo) PAL-V Europe, un vehículo híbrido entre motocicleta de tres ruedas y helicóptero, ideado por una empresa holandesa con el mismo nombre. Alcanza los 185 km/h.

 

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